Seguidores

miércoles, 14 de octubre de 2020

CARTA AL VERDADERO PRIMER AMOR DE MI VIDA

 ¡Hola querido!

Ha pasado un largo tiempo, y a decir verdad no me esperaba que todo lo que relato en estas líneas me ocurriera alguna vez, al menos no de forma consciente, y mucho menos la posibilidad de compartirlo contigo, sin embargo, me regocijo de emoción y alegría porque soy capaz de reconocer, aceptar, y sobre todo de agradecer profundamente esta nueva perspectiva en mí. 

Siento la enorme necesidad de expresarlo, ( no es suficiente para mi comprenderlo) de forma tal que en el momento que deba y pueda ser lo leas.

 Aclaro, no pretendo que mi realidad se convierta en la tuya,  tampoco espero que respondas, simplemente espero que puedas comprender un poco mejor, como ha sido para mí, todo este proceso, y si también desearas compartirme como se vio todo desde tus ojos, lo apreciaría mucho también.

No sé si ya te lo había dicho, la forma en que te acercaste y te mostraste a mi fue una maravillosa sorpresa. Dado que todo el tiempo habías estado ahí, tal vez solo no pudo haber un mejor momento antes para conectar.

Por ese entonces toda yo era un caos total, especialmente mi mente y mis emociones, si bien ya había decidido que quería transformarme en una mejor versión de mi misma, la realidad era que no sabía por donde ni como comenzar y/o buscar.

Desde mi perspectiva anterior, era una rebelde que intentaba tomar sus propias decisiones y vencer los obstáculos que la vida le ponía. Intentaba hacer algo impensado diferente a lo que muy seguramente cualquier persona esperaría. 

Entonces ignoraba totalmente que ese pensamiento solo era la máscara que cubría el rostro de mis creencias limitantes y bloqueos.

Evidentemente no me sentía segura de mi misma, especial ni hermosa, mucho menos merecedora de todo lo bueno y mágico que alguna vez desee. Pero como bien ya podrás suponer, todo eso lo desconocía por completo.

Lo único que creía que sabía era que me sentía completamente confundida, pues comenzaba a poner mi atención en alguien, sin importar si era adecuado o no para mi, cuando llegaste me sentí en aprietos, porque por ti comencé a sentir algo tan intenso, complejo de definir (en ese momento) tan bello que no podía con todo lo que implicaba.

No me daba cuenta de mis bloqueos, solo del gran temor que me invadía, mucho lo pensé, le daba vueltas una y otra vez porque no sabia que quería, que era mejor, la toma de decisiones, por ese tiempo, me ocasionaba un inmenso estrés y malestar, no me sentía capaz de hacer una elección adecuada y mucho menos coherente.

Elegí, creyendo que era lo mejor para todos, pues ingenuamente cometí el error de asumir y pensar por los demás, en este caso, por ti. 

Ahora puedo reconocer que decidí de acuerdo a mis creencias de escaso amor propio, disfrazadas de esta otra  creencia: de que tú yo éramos distintos y que no nos entendíamos tan bien, ya sabes, puros pretextos que una se inventa para auto sabotear la fuente de su felicidad y elegir por lo menos,  me conforme con menos de lo que me merecía (O sea tú) porque pensaba que estabas completamente lejos de amarme o sentir algo verdadero y profundo por mi, no pensaba que en realidad te importara tanto.

Asumí que no te lastimaría porque creí que simplemente lo entenderías. No era capaz de reconocer que eras todo lo que una cuando niña imagina, ese príncipe azul con quién escribir su cuento.

Lo cierto es que mi intensión jamás incluyo lastimarte o hacerte mal, porque en mí había una mínima certeza de que existían sentimientos muy fuertes por ti, que no sabia definir, pero que eran puros y sinceros.

Después de aquel hecho, continué repitiendo un patrón, en el que iba detrás de hombres que no tenían idea de lo que querían o que sencillamente no me querían a mí. He ahí mi merecido. Por habernos negado a los dos la posibilidad de construir una mágica historia. Hasta que me di la oportunidad de romperlo.

Hubo también, una serie de sucesos en los que mi salud física y mi vida se vieron en riesgo, sin embargo, todo aquello fue más bien complicado emocionalmente para mi. (Posiblemente, en un futuro no muy lejano te cuente más de ello.) Muy seguramente si hubiese hecho la verdadera mejor elección para ambos en ese instante, no habría tenido que pasar por todo ello sola, ya que si bien, siempre tuve el amor y apoyo de mi familia, la única verdad es que en mi interior me sentí muy sólita y vacía. Era otro tipo de cariño y fortaleza que sentí me hizo falta.

Y no olvidemos aquella vez, en tu cumpleaños intenté sin éxito disculparme y esperaba que todo fuera como si nada antes hubiese pasado, ya no me acuerdo con exactitud lo que te escribí en esa carta, de lo único que tengo certeza es que fui sincera. Y realmente trataba de enmendar mi error, me sentía sumamente culpable, pero ¿sabes qué? ni aún entonces estaba tan consciente de todo como ahora, y mi intención con esta carta va más allá de arreglarlo,  de obtener de tu boca un te perdono, o de ponerle un curita a la herida abierta.

Por el contrario, tengo una enorme necesidad de abrir mi corazón como antes no pude ni supe, he abierto mi mente y mi ser y creo que no solo me entiendo a mi misma del pasado, sino que siento que incluso entiendo como te sentiste y como lo viviste también. Aunque la verdad solo la sabes tú, me siento un poco más cerca de lo que antes podía siquiera imaginar, no es que fuera insensible, solo estaba cegada por mis bloqueos mentales.

Te comparto que desde ese instante, en que deseé desde mi corazón, ser mejor cada día, (hace mucho tiempo ya) he ido encontrando las herramientas y las oportunidades para crear esa realidad, que hoy veo y reconozco. 

Soy, esa que hubiera preferido ser cuando se cruzaron nuestros caminos. Me siento muy orgullosa de ello.

Es por ello que me estoy atreviendo a hacer esto, porque hasta apenas estos días he vivido y sentido mi duelo, mismo que no había fluido en mí, además ésta carta es todavía más real que la  anterior, porque me estoy haciendo consciente de más  y más profundamente, creo también que me estoy sanando al reconocer todo lo que aquí te expreso, y así también siento en mi corazón que es algo que debes saber. Tienes ese derecho, y no soy nadie para negartelo.

No significa que tenga la verdad absoluta ni todas las respuestas, pero lo que sí sé es que si tuviera la oportunidad de hacerlo diferente, lo haría, si pudiera viajar en el tiempo y pudiera empoderar a mi yo del pasado desde pequeña lo haría, y cuando ese momento en que aparecieras le compartiría a ella todo lo que me ocurrió a mi, para que por lo menos eligiera con una visión más amplia, y ni siquiera dudo cuál sería su elección.

Tampoco pretendo cambiar nuestros presentes, son perfectos tal cuál son, es solo que me rehúso a vivir sin hacerte saber lo importante y valioso que has sido y que seguirás siendo para mí. Por ello...

Te ofrezco mi amistad amorosa y muy sincera.

Respetaré cualquiera que sea tu reacción y tu decisión, estaré bien, ya soy una niña grande, y mejor aún, una mujer que se hace responsable de sus acciones, capaz de expresar sus sentimientos y que sabe pedir disculpas sinceras desde lo más profundo de su Ser.  

Solo te pido que me des una señal que me indique tu decisión, porque aun no soy telepata ni leo mentes. 

Te amo inmensa e infinitamente, sin condiciones, sin reglas,  claro que ese amor se ha transformado con el tiempo, pero no deja de ser amor puro e incondicional. 


Honro y bendigo nuestras vidas, y ese episodio que escribimos juntos, sin importar  cuan corto o largo fue.

  Mi mayor deseo es que seas muy felíz siempre y que vivas apasionadamente que cada día seas una mejor versión de ti mismo y que haya siempre gente que te ame por quién y lo que eres.

Me siento muy orgullosa de tí. De todo lo que has crecido y logrado.

Sincera y amorosamente tu amiga por siempre; JAL.











sábado, 15 de febrero de 2020

Todo menos ordinaria


Su grandiosa historia no siempre fue tan grandiosa como todos, o la mayoría esperarían; quizá sí, tal vez sólo no lo notó antes. Nunca lo podremos saber en realidad.
Una fría noche de febrero, muchas, muchísimas lunas atrás, llegó de un mundo distante, decidida a aprender, entusiasmada de lo que era y de lo que estaba segura que seria...
Asumió el reto sin chistar, supo desde un inicio que no seria sencillo, que tiraría la toalla en más de una ocasión, que seria presa del temor una y otra vez, un millón de veces.
Su recuerdo fue desvanecido, para que aquel día, cuando estuviese lista, fuera capaz de comprender, los recuerdos, las señales que de una por vez le llegaban a la mente, igual que destellos fugaces sin sentido.
Desde ese primer instante, en que supo que existía, se sintió distinta, sin poder siquiera definir, si positiva o negativamente; sin embargo algo en la idea le fascinaba, era feliz, a pesar de la confusión, el estrés y la hostilidad. De lejos, parecía alguien más, de cerca lucia berrinchuda, despreocupada, incapaz, un desastre total.
Sólo para su interior expresaba su energía imparable, que a voz alta pedía salir; nadie, incluso, ni ella misma notaron su esencia pura, inocente, sabia y amorosa. Dentro de si encontraba la magia, era como si ella fuese su mejor amiga, algo que le encantaba sin saber porque o de que se trataba todo en realidad.
El tiempo transcurrió, si bien la confusión seguía consumiéndola, jamás dejó de tener fé, algo ahí dentro le decía que en un futuro próximo todas sus preguntas irían siendo respondidas, cada una a su tiempo.
Todas las tardes y noches miraba el cielo, recostada en el suelo, abrazada por la brisa, hablaba, consigo misma, y sabrá Dios con quienes además de él.
Sin ser capaz de reflexionar entonces al respecto, siempre supo lo que seria cuando mayor. Aparentemente, aquello no era más que una lluvia de ideas sin relación entre ellas; irónicamente, más tarde, entendió. Todo lo que había imaginado como éxito hasta ahora, era en realidad el ideal que aquella pequeña soñadora diseñó sin darse cuenta, siendo apenas una niñita. Aunque su plan aún no se había completado, ya había recorrido un largo tramo del camino, mismo que recorrió, para vencer gran parte de sus temores, se tropezó y cayó, en un par de ocasiones el golpe fue duro, las heridas difíciles, más nunca imposibles de sanar.
En el trayecto, había ya tenido diversos guías, que a pesar de parecer tan distintos, simplemente le enseñaron de manera tal que pudiese digerir y retener la información. Aún si no la comprendía totalmente. Seguros estaban que no tardaría en encontrar el sentido detrás de sus palabras, incluso acciones.
A punto estuvo de abortar la misión y de echar todo por la borda, parecía encontrarse en un callejón sin salida. Afortunadamente encontró la oportunidad para mirarse con otros ojos, y abrir un hueco para que la confusión y la presión de ser alguien que nunca fue, ni sería jamás pudiese empezar a filtrarse.
Aparentemente ya había aprendido la lección, muy posible es que no completamente, o simplemente sólo debía continuar una nueva prueba. Si bien no resulto como ella se empeño en planearlo, sobrevivió. Y sin duda que sumo muchos más puntos de los que hubiese acumulado, en caso de que los acontecimientos se hubiesen apegado al plan original. A partir de entonces, nada volvió a ser igual , especialmente ella.
Los fragmentos de sin sabor, son elementales para aprender a identificar que es adecuado, lo que no lo es, lo que uno desea atraer y evitar... Así como aceptar que uno sólo ofrece lo que tiene, pero si además das lo que pretendes recibir, entonces has alcanzado el máximo nivel de madurez
es entonces cuando sin siquiera notarlo, estás listo, envías la señal y la puerta se entre abre, para dar paso de a poco... A todo aquello que por derecho cósmico te corresponde. Una vez que ello cobra fuerza ¡prepárate! La puerta se abre totalmente, para jamás ser cerrada.
Éste, solo ha sido el preámbulo.La verdadera historia, apenas comienza.